La Navidad es una de las épocas con mayor riesgo informático para pymes y despachos profesionales. Menos personal en la oficina, más teletrabajo y un aumento notable de correos falsos convierten diciembre en un momento crítico. En este artículo te contamos cómo proteger tu empresa antes de las vacaciones y qué medidas te ayudarán a empezar enero sin sustos.
Diciembre siempre tiene un ritmo particular. Las agendas se aceleran, parte del equipo trabaja desde casa, los pedidos y compras online aumentan y muchos sistemas quedan funcionando con menos supervisión de la habitual. En este escenario, los ciberdelincuentes encuentran un terreno ideal. Las estadísticas, según el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), de los últimos años muestran un repunte claro en intentos de phishing, correos falsos y accesos remotos no autorizados durante las semanas previas a Navidad. Es lógico: las empresas están más dispersas, los empleados reciben más mensajes de compras y envíos, y la atención baja un poco tras un año intenso.

Para una pyme, este cóctel puede derivar en problemas serios si no se anticipa. La buena noticia es que con unas pocas medidas clave, la seguridad puede mantenerse estable incluso aunque la oficina quede medio vacía.
Las amenazas que más aumentan en Navidad
Aunque no es necesario ser técnico para entenderlo, diciembre concentra un tipo de ataques muy característicos. Suelen llegar en forma de mensajes que simulan ser notificaciones de envíos, supuestas incidencias con pedidos, facturas urgentes o renovaciones automáticas. También crece el número de correos que intentan que un empleado haga clic en un PDF “de mensajería”, que descargue un archivo comprimido sospechoso o que introduzca sus credenciales en una web falsa.
Otra vía muy habitual son los accesos remotos. Muchas empresas permiten que el personal trabaje desde casa ocasionalmente, y es ahí donde los atacantes prueban contraseñas antiguas, servicios expuestos o sistemas que deberían estar detrás de un firewall pero no lo están. La Navidad es un momento en el que cualquier pequeño descuido puede convertirse en un incidente.
Cómo preparar la empresa antes de las vacaciones
Afrontar diciembre con tranquilidad requiere una pequeña revisión previa, muy similar a la que se hace antes de cualquier cierre anual. La clave es asegurarse de que la infraestructura está en buen estado antes de que la actividad disminuya.
Vale la pena comprobar que los servidores, equipos de red y NAS funcionan correctamente y no muestran alertas pendientes. Las copias de seguridad deberían revisarse con especial atención: no solo comprobar que existen, sino que pueden restaurarse sin problemas. Una copia que no se ha probado antes no es una copia fiable.
También es buen momento para aplicar actualizaciones pendientes en equipos críticos, asegurarse de que el antivirus está operativo en todos los dispositivos y verificar que no hay cuentas antiguas con acceso remoto que ya no deberían existir. A veces basta desactivar un usuario que quedó olvidado para reducir radicalmente el riesgo.
El teletrabajo ocasional: cómodo, sí; seguro, solo si se hace bien
En muchas empresas, diciembre trae un teletrabajo improvisado: un empleado que se queda unos días en casa, otro que combina trabajo presencial con tareas remotas, alguien que consulta el correo desde un portátil personal… Es necesario evitar que esa flexibilidad se traduzca en exposición innecesaria.
Los accesos a la empresa deben hacerse desde equipos autorizados y a través de una VPN correctamente configurada. También es importante que los empleados eviten enviar documentos de trabajo a sus cuentas personales, o usar redes WiFi públicas sin protección. A veces, una simple conversación interna antes de las vacaciones evita errores muy costosos.
Un proveedor tecnológico puede adaptar estos accesos y asegurar que solo los dispositivos adecuados pueden entrar, con registros claros y controlados.
El factor humano: el verdadero punto débil de Navidad
La mayoría de incidentes navideños tienen algo en común: no empiezan en un servidor, sino en el buzón de correo de un empleado. Los mensajes relacionados con compras, envíos o “facturas pendientes” son tan frecuentes en estas fechas que resulta más fácil caer en una trampa.
Por eso es importante recordar a todo el personal algunas pautas básicas: desconfiar de correos urgentes, revisar siempre la dirección del remitente, evitar abrir archivos comprimidos inesperados y, sobre todo, pedir ayuda si algo parece sospechoso. Un aviso a tiempo puede evitar que un malware llegue a extenderse.
La importancia de no dejar la infraestructura desatendida
Aunque la empresa esté cerrada unos días, los sistemas siguen funcionando. Equipos encendidos, conexiones remotas, servidores con actividad mínima… todo sigue ahí, incluso sin nadie en la oficina. Es aquí donde la monitorización IT marca la diferencia.
Tener supervisión en tiempo real permite detectar fallos de disco, problemas de red, alertas de seguridad o intentos de acceso. Si algo ocurre durante las fiestas —un servidor que se queda sin espacio, un servicio que se detiene, un antivirus que encuentra una amenaza— la empresa lo sabrá y podrá intervenir antes de que derive en un problema mayor.
La vuelta a la oficina en enero es mucho más tranquila cuando alguien ha estado atento durante todo el periodo.
Conclusión: unas fiestas seguras empiezan con una buena preparación
La Navidad no tiene por qué convertirse en un punto débil para la empresa. Con una revisión mínima, unas cuantas prácticas de seguridad y un sistema de monitorización fiable, cualquier pyme puede pasar las vacaciones sin sobresaltos y comenzar el año con todo en orden.
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